Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2024

Malos anunciantes

Imagen
Entre los anunciantes, como en todos los órdenes de la vida, los hay buenos y malos. Ahora bien, leyendo el título de este artículo, serán muchos los que se inclinarán por colocar en el grupo de los malos a quienes no destacan por la calidad creativa de su publicidad. Aquellos que utilicen este baremo para hacer su clasificación se equivocan.   Un anunciante no es el único responsable de la calidad creativa de su actividad publicitaria. Pero es que, además, la mala calificación de su creatividad (juicio que siempre conlleva fuertes dosis de subjetividad) no es motivo para otorgar esa negativa condición a ninguna empresa.  Sin embargo, sí existen otros motivos objetivos que nos permiten diferenciar a los buenos anunciantes de los que no lo son. Y como nos estamos refiriendo a esa concreta y circunstancial actividad de las empresas (no existen los anunciantes ‘natos’, sino firmas que –siendo todas ellas de sectores ajenos al de la publicidad– contratan los servicios y los espacios de ter

Desprecio olímpico

Imagen
La expresión ya está en desuso, si bien es cierto que, a raíz de algunos aspectos de la celebración de los Juegos de la Olimpiada de París, hemos comprobado que diversos observadores, críticos con el desarrollo de su ceremonia inaugural, la han recuperado en sus artículos de opinión.   Sin embargo, aquí queremos utilizarla en su sentido original, que es el que puede traducirse por algo así como ‘desdén altanero, soberbio’. Y no lo hacemos para referirnos a una actitud intencionada, sino, más bien, a un comportamiento que, sin pretenderlo, lleva implícito un sentimiento contradictoriamente vanidoso y de tácita arrogancia. Estamos hablando de ‘Dear Sydney’, el spot de Gemini en el que un padre solicita al asistente de Google que ayude a su hija a redactar una carta dirigida a su admirada atleta (Sydney McLaughlin-Levrone). No dudamos de la buena intención de Google, pero es ahí, precisamente, donde reside el problema.    El comercial es desafortunado por un doble motivo, pero, antes de e