Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2022

Plata parece, oro sí es

Imagen
La vieja adivinanza ha cambiado el orden de algunas de sus palabras. Ha dejado de ser un acertijo. Ahora es una realidad. Y una realidad creciente, que ya no se puede parar.   Para explicarlo, empezaremos por enumerar hechos objetivos. Luego pasaremos a comentar ciertos pormenores de su parte más anecdótica. Conviene detenerse, también, en esto último porque algunos detalles que surgen de la observación de lo cotidiano nos pueden llevar, quizá, hasta el mismo fondo de la cuestión.   Que lo ‘plateado’ es tendencia, ya está reconocido por todos. No es novedad. Los datos están sobre la mesa: la actividad económica que se genera alrededor del grupo más sénior de la población es enorme… y creciente. Por eso, no nos parece necesario seguir insistiendo en algo que ya nadie se atreve a poner en duda. Sin embargo, hay otros aspectos de los que se habla menos y que, para nosotros, como profesionales de la publicidad y del marketing nos parecen de una extraordinaria relevancia. El primero de ello

El silencio de los corderos del marketing

Imagen
La película tiene ya más de treinta años, pero, desde el punto de vista del marketing, sigue teniendo vigencia. Quien la haya visto (aparte de tener grabada en su memoria la inquietante actuación de Anthony Hopkins), es muy posible que recuerde la conversación entre los dos protagonistas que justifica el título. En ella, Clarice (Jodie Foster) le explica al terrible Hannibal Lecter (Hopkins) la impresión que le causaron, en su infancia, los chillidos de los corderos que, sin hacer el menor intento de escapar, eran degollados en una granja. Como decía la propia Clarice: “Cuando los corderos dejaban de chillar era que estaban muertos”.   En el mundo del marketing también hay corderos. Y parece que es un fenómeno nuevo. Antes, digamos hace tres o cuatro décadas, el mundo del marketing (y el de la publicidad, claro) estaba dominado por profesionales ambiciosos, por creativos brillantes, por empresarios que arriesgaban en nuevas ideas. No estaban callados, ni mucho menos. Pero hoy se diría