Responsable la empresa anunciadora
Si esa cierta ambigüedad de la célebre prohibición (repetida hasta la saciedad en las fachadas de todo tipo de edificios) era intencionada, sin duda conseguía su objetivo. Tal vez por eso mismo “Prohibido fijar carteles. Responsable la empresa anunciadora” se hizo tan popular. ¿Quién era la “empresa anunciadora” a la que se responsabilizaba del hipotético incumplimiento de la prohibición de “fijar carteles”? ¿El anunciante? ¿La agencia de publicidad? ¿La imprenta que producía los carteles? ¿El empresario que había contratado a los operarios que los pegaban en las paredes? Una ingeniosa imprecisión (perpetuada a través de muchas décadas) que permitía culpar a unos o a otros y que pretendía intimidar a esos mismos presuntos culpables. Pero eran más las posibles preguntas a considerar: ¿Es que solo estaban prohibidos los carteles publicitarios comerciales? Si alguien colocaba un cartel que decía, por ejemplo, “¡Viva la República!”, ¿estaba exento de la prohibición de fijarlo? Y, si ...